Las siguientes líneas son reflexiones surgidas de la parcial lectura de la obra de Carlos Lenkersdorf (1926 – 2010), principalmente de sus libros Hombres verdaderos: voces y testimonios tojolabales y Conceptos tojolabales de filosofía y del altermundo*. A manera de homenaje para este mexicano ejemplar y tomando extractos de estas lecturas y otras (como Campesinos Post-modernos de Holger Herionimi** y La memoria biocultar de Toledo y Barrera-Bassols***) presento las siguientes lineas.
El mundo no es el mismo de antes. Nuestra Madre Tierra no es la misma de antes, ha sido dañada, ultrajada, ofendida, herida. Nuestra Madre ahora llora por lo extinto, se encoleriza intentando regresar a ser la misma madre de antes, titiritea por el frio de la noche.
Nuestras sociedades dominadas por el neoliberalismo y el capitalismo en general no entienden ni quieren tolerar. Estamos reduciendo nuestra diversidad de culturas y el trabajo se ha convertido en ganar dinero con la idea de que todos y cada uno quiere hacer dinero, quiere ser negociante o quiere tener su changarro. Cuando el trabajo es por la vida y no por el dinero.
Las cosas que formamos y construimos se vuelven hacia nosotros y nos forman, a veces contra nosotros y a menudo sin siquiera darnos cuenta de la pesadilla que nos pueden causar. Nos hemos olvidado que el medio es el fin en sí mismo, hemos olvidado que humus, humano y humildad tienen la misma raíz.
El tojolabal me ha mostrado una, por así decirlo, ruta de escape. Me parece un lenguaje “nostrico” y por lo tanto el actuar de los tojolobales (en gran medida) es “nostrico”, su ver es “nostrico” y su sentir es “nostrico”. Es decir, no se puede ser libre si el nosotros no es libre. En ellos lo que importa es el nosotros, ya que el colectivo piensa mejor que el individualismo (“nosotros pensamos, nosotros decimos, nosotros haremos”) para expresar el nosotros es necesario haber entendido y sentido el pensar y hablar de los presentes. Tomando como sujetos, más no objetos, a todo lo que ven y perciben.
Profesar y exaltar la igualdad, no la competencia. Basar nuestras comparaciones en la igualdad y no en las diferencias o desigualdades. Exaltar lo bueno, pues lo malo solo nos hace disgregarnos. Es lo que nos hace falta y es en lo que tenemos que dedicar más esfuerzos. Una limitante para ello puede ser nuestro lenguaje, debido a la estructura morfológica, sintáctica y semántica que posee. En cambio el tojolabal tiene una estructura muy peculiar que Lenkersdorf menciona como intersubjetiva, en el sentido de que todos somos sujetos y de que no hay objetos ni en el contexto de idioma ni en el de la cultura.
Por eso, yo me pregunto:
Y si nuestro lenguaje fuera intersubjetivo ¿Qué hubiera sido de nosotros?
A mi parecer, si nuestro idioma estuviera estructurado en la intersubjetividad nuestras sociedades serian comunidades.
Si nuestro idioma viera a todos como sujetos Colón no hubiera llegado a conquistar América, sino a conocer y construir un nosotros en América.
Si nuestro idioma considerara a las acciones como algo mas trascendental y las viera como vivencias, pisaríamos con más cuidado la tierra.
Si nuestro idioma fuera nostrificador, percibiríamos al mundo de maneras que ni siquiera llegamos a concebir.
Si nuestro idioma fuera intersubjetivo yo no estaría escribiendo de esta manera… y tú no tendrías problemas para comprender a otros, para conocer a aquellos y para apropiarte de esos.
Es cuestión de escucharse y ser escuchado. Es cuestión de saber escuchar lo que nos dice el corazón. Es cuestión de entender el lenguaje del corazón, de abrirse hacia el corazón. Que nuestras acciones y políticas no se vuelvan descorazonadas. Para poder ser lo que yo y muchos otros consideramos: hombres verdaderos.
Salvador Tenorio Pérez
Lic. Ciencias Ambientales
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Para consulta de los interesados:
**http://www.tierramor.org/PDF-Docs/CampesinosPosmodernos2011.pdf
Adela Rascón
28 septiembre, 2011 at 5:48 PM
Si Nuestro Pensamiento Fuese Intersubjetivo (Lamento que sea tan largo)
Tengo que disentir de tus pensamientos sobre las necesidades de intersubjetividad de la lengua española. El lenguaje, como forma de manifestación de la conciencia humana, es una herramienta de concretización de nuestras ideas y pensamientos. Su estudio nos permite reflexionar y aprender sobre nosotros mismos y nuestro entorno. Esta reflexión sobre nosotros y la naturaleza, acotada por un tiempo y espacio específicos, es un espejo de nuestro actuar en el mundo.
Las palabras que construimos y utilizamos son, de alguna forma, el reflejo de nuestro interior. Son la síntesis del proceso cognoscitivo a través del cual aprehendemos el universo. Existe una relación entre nuestro entorno, nuestra historia, nuestro entendimiento del mundo y las palabras que utilizamos para describir las cosas. Eso es justo porque las palabras son resultado de un proceso que se construyen mediante nuestra percepción, conocimiento y relación con lo que está fuera y dentro de nosotros; de nuestra intuición, razonamiento y memoria [la historia].
Como resultado de este proceso construimos un mundo interior relativo al mundo exterior que vivimos. Esta reinterpretación individual (como persona dentro de una cultura o como cultura dentro de la multiculturalidad) del mundo define nuestro actuar con él y en él, (incluyendo todos los elementos del mundo a nuestro alcance). En alguna parte del camino surge la necesidad de explicarle al otro lo que nosotros vemos y entendemos. Para satisfacer esa necesidad enseñamos –por ejemplo- a los niños una lengua a través de la cual va nombrando/reconociendo el universo que le rodea. Entendido así el lenguaje no sólo es un sistema de comunicación, es, al mismo tiempo, la forma en la que vamos organizando las cosas que conocemos y además consideramos lo suficientemente importantes como para nombrarlas. En ese sentido diferentes lenguas representan diferentes sistemas particulares de representación y organización de la realidad; y no al revés.
Todo esto lo digo porque el texto que escribes, desde donde yo lo interpreto, señala a la lengua como el agente destructor (o creador según sea el caso) de nociones como comunidad, o cuidado al medio ambiente… Sin embargo, para mí, el proceso es al revés. La lengua nos permite, a través de la palabra, concretizar las nociones que conducen nuestras acciones en el universo. Y bueno, que clavada dirán. Pero es para mí importante disentir y expresar lo que si siento porque le da un fondo diferente al estudio y al rescate de las lenguas.
Si fuese sólo el tojolabal y no el tojolabal con los tojolabales y sus tierras y sus pensamientos y sus instituciones, el rescate de las lenguas se podría reducir una pila de diccionarios. Pero la riqueza de la diversidad cultural, expresada a través del lenguaje pero también de muchas otras cosas, debe ser observada en su contexto histórico, geográfico, cultural…y no sólo lingüístico.
Afortunadamente las lenguas vivas cambian, van cambiando como el pensamiento de sus hablantes cambia. Nosotros, los hispanohablantes, no sólo necesitamos de un lenguaje intersubjetivo, nos hace falta sobretodo un pensamiento que nos permita reconstruir nuestras relaciones con humanos y con el resto de los habitantes (vivos y muertos, nunca vivos o jamás muertos) del universo; y así con el tiempo reconfigurar nuestro lenguaje.
Ambientólogos
1 octubre, 2011 at 5:33 PM
Pues si, para mi el Tojolabal me mostró una ruta de escape a la concepción y visión que tenia del mundo, y que en gran medida aun tengo por el hecho en como estructuramos nuestras oraciones. Para mi parte de la culpa está en esta estructuración del lenguaje (que nos fue heredada). Si nuestra manera de ver, nombrar y accionar fuera diferente a la de sujeto-objeto pisaríamos con mas cuidado el barro. El lenguaje me resulta el punto de inflexión entre entorno, historia, entendimiento del medio, expresión-acción y concreción (entre otras). Por eso planteo que el lenguaje es algo importante a considerar para la manera en que se llevan acabo las nociones que tu mencionas (mas no la destrucción o creación, eso va mas alla de mero lenguaje).
Es cierto, que bueno que las lenguas son vivas y que van cambiando, pues ahora tenemos la posibilidad de cuestionarnos y cambiar nuestra manera de ver, para nombrar con mayor cuidado y accionar de manera mas responsable y empatica.
Por otro lado celebro la diversidad de lenguas y que bueno que existen estas lenguas que la mayoría usamos en las que el individualismo es exaltado. Pues es la única manera en que voltearíamos a ver a las que son opuestas y empezaremos a reformar las propias en este reconstruir constante que vivimos en estos tiempos.
Saludos Adela, siempre presente 😀