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Otro pacto es posible

Te propongo otro pacto, uno diferente-resignificado-deconstruido.

Te propongo un cambio y una reflexión.

1. Amarás a Dios sobre todas las cosas.

«Ama al Dios que habita en tí y en todo y cada uno de lo que te rodea, partirás de amarte para poder amar a lo demás»

2. No dirás el nombre de Dios en vano.

«Tu eres tu palabra, no te comprometerás, ni comprometerás a otro en vano. Serás impecable con tu palabra»

3. Santificarás las fiestas.

«Respeta, venera y honra cada día. Reconociendo el milagro de la vida y partiendo de que cada instante es un momento para celebrar»

4. Honrarás a tu padre y a tu madre.

«Honra a Tonatiuh, el Padre Sol y dador de vida, y  a Tonantzin, tu Madre Tierra fecunda y protectora; a lo femenino y masculino que hay en cada persona y cada ser sin hacer distinción alguna pues Dios habita en todos»

5. No matarás.

«Venera la vida, para dejar ser a la vida y dar vida al ser. Practica la no violencia y el respeto hacia cualquier forma de vida. No matarás la diversidad de formas de vida, ni de formaciones culturales, ni de saberes.»

6. No cometerás actos impuros.

«Amarse y respetarse los unos a los otros, es imponer como obligación la cultura de la paz, la igualdad y la cooperación entre los seres vivos»

7. No robarás.

«Actuar con justicia y con corrección, alimentar la cultura de la solidaridad y reciprocidad alimentando un orden económico justo, social y solidario»

8. No dirás falsos testimonios.

«Promoverás el arte de la palabra-verdadera, desmentirás a los que mientan, oculten y engañen. Denunciaras a los opresores y hablaras y actuaras con veracidad obligándote a una cultura de la tolerancia y a una vida en la verdad»

9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros.

«No consentirás la pederastía, el abuso de poder, la discriminación, la pobreza, el despojo, la genitalización ni cualquier acción, pensamiento o deseo que vaya contra la vida y contra tu palabra»

10. No codiciarás los bienes ajenos.

«Dejaras a un lado el deseo por el consumo innecesario, aprenderas a vivir de una forma sencilla sin juicios, ni celos. Aprenderas a vivir en común-unión con la naturaleza sin exigirle de más, sin explotar.»

Te propongo un pacto que busque

no sólo la razón, sino también el corazón

no sólo la cultura material, sino también la espiritual

no sólo la libertad, sino también la justicia

no sólo la igualdad, sino también la pluralidad

no sólo la coexistencia, sino también la paz

no sólo la productividad, sino también la solidaridad

no sólo tolerancia, sino también univerzalidad y diversidad

no sólo la Tierra, sino también el cosmos

no sólo el cosmos, sino también la fuente de la vida

no sólo la vida terrenal y la muerte, sino también la resurreción y la vida eterna.

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Palabras y pensamiento surgidos luego de leer «Proyecto de una ética mundial» de Hans Kung y «Ética Planetaria: para un consenso mínimo entre los humanos» de Leonardo Boff.

Masasiui Tenorio Pérez

 

Y como no enamorarme de ti

Venga, haber si topan de quien hablo jejejee.

Como no hacerlo si me despiertas con una sonrisa. Tanto color que irradias, tanta energía ahí pa recibir. Si solo basta con abrir bien los ojos.

Como no enamorarme de ti si lo primero que toca mis ojos son los tuyos con fuego incandescente. Con tantas ganas de vivir, con tanta fuerza que solo de tu seno podría surgir tanta vida. Sin importar las tormentas, sin importar los humores, sin importar que los perros ladren en las políticas internacionales. Tú continúas siendo dador de vida.

Como no enamorarme de ti si siempre regresas. Me has dejado sólo, o viéndote a medias, pero siempre vuelves a visitar mis pasos. Como no, si también agitas mi sangre y la pones a bailar al vaivén de la marea. Que sin importar mi alergia siempre querré intentar acariciar tu pelaje.  Tanta luz en tan pequeño animal-astro. Tanta fuerza en un ser tan lejano.

Como no enamorarme de tu bestialidad y fuerza. Si me sorprenden tus berretas y también tus llantos tenues. Si me encanta ver como reverdeces, como fluyes, como masticas la tierra y llenas los cantaros. Que si tocas mi piel: ese frío cala hondo para convertirse en fuego. Como no enamorarme de ti si te amo tanto como te temo.

Como no enamorarme de tus ojos verdes que cada vez se hacen más grandes. Que no entienden de fronteras, barreras o ideologías y sólo crecen. Con tanta vitalidad ahí contenida, tanta sabiduría que ha pasado por tu estirpe, tanta vida que contienes en tu piel. Como no enamorarme de ti si en ti viven tantos como viven en mí. Si somos hermanos de historias y vidas.

Como no enamorarme de tus múltiples personalidades. Si cada día es una nueva aventura, si cada instante revelas una sorpresa. Sonrisas, caricias, platicas, gritos, sangre, odio, coraje,… nos ha pasado por encima, lo hemos hecho personal y hemos (a veces) intentado rectificar el camino. Nos hemos lastimado tantas veces, nos hemos ofendido otras tantas y a pesar de eso aquí seguimos. Caminando con rabia y dignidad condensada.

Masasiui Tenorio

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Hay noches

Hay noches

Que todo el mundo sepa que en México se desaparece, asesina y sensura gente. Periodistas, activistas, estudiantes, ecologistas, viven una realidad diaria en la que lo que esta en juego es su vida.

Ante los acontecimientos ocurridos en las últimas semanas a los compañeros normalistas de Ayotzinapan, Guerrero, México. Nos solidarizamos con su grito de justicia.

Para ellos las siguientes lineas:

¿Será la luna llena la que agita mis brazos?

¿Será su efecto en mi sangre el que voltea todas las sabanas?

¿Será ese resplandor el que provoca el insomnio?

¿Sabe?

Aveces es mejor estar despierto que dormido.

No se si uste’ le pase. Pero por las noches escucho balas, escucho gritos, escucho llantos.

Me he cerciorado de que no provengan debajo de la cama, del closet o de la calle.

Los he escuchado tan dentro que se siente vivo.

Me he cerciorado de que no sean goteras, camiones, gatos o la fiesta del vecino.

Los he escuchado tan vivos que se sienten propios.

Hay noches en que no solo es la luna, no solo es mi humor.

No le hablo de fantasmas, de subidas de muerto o de brujerías.

Le hablo de voces, de nombres y de acciones reales.

No le hablo de pesadillas, de sueños o de fantasías.

Le hablo de Ayotzinapa, de Guerrero, de México, de la frontera y de sus geografías.

¿Acaso uste’ no lo ha escuchado?

_________

Para las miles de almas que padecen de trata de blancas en Atlixko, en Puebla, en Tlaxcala y el Mundo.

Para las 6 de cada 10 vaginas migrantes profanadas en tierra Mexica durante su tortuoso viaje al «sueño americano».

Para los millones de desplazados por la guerra.

Para los cientos de asesinados a sangre fría a manos de los sin sangre.

Para los llantos hijos de las balas.

Para las familias y amigos de los normalistas en lucha por una educación para todos y todas.

Para … (los millones de puntos suspensivos: sin nombre, sin historia, sin geografía, y sin registro)

Para todos ellos, sepan que habemos muchos que no podemos dormir.

Que no es la luna, ni los sueños, ni los fantasmas.

Que son sus llantos y sus gritos lo que nos roba el sueño.

Masasiui Tenorio

 
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Publicado por en 9 octubre, 2014 en Ambientologosfera, Sociedad

 

El ciencioambientólogo maldito

«Sonriente como pocos y algo socarrón.

Simplemente no, no puede tener la razón».

El ciencioambientólogo maldito va por la vida sin preocuparse, esbozando una sonrisa y comentando lo que le viene en gana. El ciencioambientólogo maldito no se preocupa por el trabajo, por el dinero, por el estudio, ni por la fama. No le importa el por venir, ni las cosas que hay por hacer, sólo vive el momento y hace de su vida algo así como su propio cuento, ese que le gusta a él, ese que para él vale la pena vivirse.

La gente y muchos de sus colegas lo miran siempre alarmados ¡No puede ser! dicen, ¿cómo puede ir alguien por la vida tan equivocado? El ciencioambientólogo maldito sigue su andar, ése que siempre lo ha caracterizado y vuelve a reír. Entre tanto, sus detractores siguen cuestionándole sobre sus modos y maneras de vivir.

Mientras que la mayoría de la gente se rige por ciertas reglas en común, a él sólo lo gobiernan las suyas, lo moral e inmoral para él dependen del contexto y el deber no es más que un vano invento. Hace lo que le viene en gana, dice lo primero que se le ocurre, le tiene sin cuidado si la gente se molesta por ello o no, de todos modos él lo seguirá haciendo; porque así es él, porque no va a cambiar, porque no lo van a cambiar, porque no tiene que hacerlo y porque no quiere hacerlo.

¿Qué tal si las personas que creímos que estaban equivocadas realmente siempre estuvieron en lo correcto? ¿Qué tal si el camino a seguir no siempre fue el recto? ¿Y si ir por ahí con reservas no es de lo que se trata la vida? ¿Y si sólo en este efímero momento lo único que importa es disfrutar lo que tienes y vivir con alegría? ¿Y si la vida para cada quién tiene distintos significados y por eso el ciencioambientólogo maldito nunca los ha criticado?

Habrá que volver a pensar entonces quién está equivocando y quién no lo está. Habrá que reflexionar sobre la complejidad y lo ambiental. Habrá que mirarnos nuevamente y cuestionar nuestro proceder. Habrá que replantearnos los problemas y cómo se quieren ver.

Muchos lo aborrecen, tal vez porque hay cierta parte de ellos que no les gusta y la ven reflejada en él. Los que no lo han comprendido le han retirado su amistad, lo han alejado de su vida y le han dado la espalda. Yo por mi parte, le llamo mi amigo y lo admiro.

Porque con su proceder sigue enseñando, con su actuar nos está desafiando, porque al oírlo hablar nos damos cuenta que sabe lo que dice y lo que hace, y siempre lo ha sabido. Porque hasta las ciencias ambientales a su hijo han desconocido. Porque a veces es difícil soportar tanto calor cuando se acostumbrado al frío.

El ciencioambientólogo maldito camina, oye sus críticas, sigue caminando.

Ricardo Velez

 

Ocupo

Ocupo

Ocupo fluidos que pasen del líquido al gaseoso

Ocupo ocote para mantener la flama viva

Ocupo tierra indeleble en las manos y pies

Ocupo aire para vivir aquí y ahora

Ocupo paredes que griten

Ocupo bieldos que bailen

Ocupo éter, materia gris y materia obscura.

Ocupo piel, de tú piel

Ocupo un(a) cómplice de miradas

Ocupo un(a) apasionad@ por la vida

Ocupo un(a) compañer@ de caminatas en silencio

Ocupo un(a) alma que me acompañe volando en el vacío

Ocupo un(a) amig@ rar@

Ocupo que calientes mis sabanas

Ocupo que completes mis frases al aire

Ocupo que entiendas mi utopía y mis sin-barreras

Ocupo que me ocupes

Ocupo que me exijas

Ocupo que me inspires

Porque ocupo tanto de ti, como tú de mí.

Enséñame a ocupar lo necesario para SER y no para Hacer

Masasiui Tenorio

 
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Publicado por en 8 octubre, 2014 en Ambientologosfera, Sociedad

 

Lo utópico no es en sí utópico – Humberto Maturana

Lo utópico no es en sí utópico – Humberto Maturana

Y para retomar la «blogeadera». Empezamos con este extracto de «Utopía y ciencia ficción, 2003»

3…2…1…. comenzamos

En la utopía, el poeta nos invita desde el emocionar, y deja el razonar a la zaga como un hilo secundario que sigue el fluir de las emociones. Las utopías inspiran en el lector un ánimo nostálgico una añoranza por una convivencia humana donde prevalezcan el respeto, la equidad, la armonía estética con el mundo natural y la dignidad humana. Pero, ¿cómo puede añorarse lo que no se conoce? Si vivimos una cultura centrada en la competencia que justifica la negación del otro, arguyendo la legítima superioridad del vencedor y la legítima inferioridad del perdedor, ¿cómo es que podemos apreciar y desear un vivir utópico en la colaboración y en el respeto por el otro?; si vivimos una cultura que legitima la discriminación económica, racial, de inteligencia, de conocimiento sexual, arguyendo la legítima superioridad de unos y la legítima inferioridad de otros, ¿cómo es que podemos apreciar y desear un vivir utópico en la equidad?; si vivimos una cultura que continuamente nos invita a parecer lo que no somos en la valoración de la apariencia y por otro tanto, a vivir en la continua mentira de pretender lo que no se es, ¿cómo podemos apreciar y desear un vivir utópico en la honestidad y sinceridad?; si vivimos una cultura que legitima la explotación del mundo natural en aras del enriquecimiento del explotador, ¿cómo podemos apreciar y querer vivir un mundo utópico de respeto y armonía con lo natural?; si vivimos un mundo que usa la razón para justificar la manipulación y el control del otro, ¿cómo podemos apreciar y querer vivir un mundo utópico cuya armonía surge de la libertad que entrega la conciencia de propósitos y deseos en el simple placer de la convivencia, y no de la subordinación a las exigencias de otro?; y, por último, si vivimos una cultura centrada en la jerarquía y la dominación, ¿cómo podemos apreciar y querer vivir un mundo utópico que niega el sometimiento y el abuso? En fin, ¿cómo puede tenerse nostalgia por lo que no se ha vivido? Pienso que esto pasa porque el mundo utópico que el escritor revela, nos revela, y lo vemos u oímos por qué tiene que ver con nuestro ser biológico cultural en lo que de hecho somos en el fundamento de lo humano y, por lo tanto, lo utópico no es en sí utópico.

No hace mucho, oí a alguien decir que los seres humanos necesitamos de esperanzas y utopías. Yo pienso que no. Pienso que lo que necesitamos es vivir en la dignidad que se constituye en el respeto por nosotros mismos y por el otro como el fundamento de nuestro modo natural de ser cotidiano. Sólo puede añorarse lo que se tuvo y se perdió, y sólo se puede estar en la esperanza de que suceda algo cuyo suceder no depende de lo que uno haga (…) la mirada del poeta de lo utópico y su arte expresivo evocan en nosotros una añoranza por un cierto vivir, ese vivir evocado no puede sino ser un vivir perdido en nuestra historia, lo conocemos no desde nuestro intelecto que mira al pasado como un relato, sino que desde nuestro emocionar que tiene a esa historia como corporalidad en el presente.

(…) las utopías literarias revelan aspectos y dimensiones de lo humano que habiendo sido fundamento de su modo básico de vivir cotidiano, han quedado sumidas, o escondidas bajo otras, en la transformación cultural de la humanidad, pero que no han desaparecido porque son fundamentalmente una constitución. El poeta las hace visibles con su mirada poética abstraerlas del espacio cultural arcaico aún presente en su propia historia de un ser que las vivió en la confianza, respeto y aceptación total en el encuentro cotidiano, lúdico e inocente con su madre, y en los cuentos y mitos que escuchó antes de vivir la continua mentira del mundo adulto de las apariencias. Pero lo que el poeta de las utopías hace no consiste sólo en mostrar un pasado infantil, muestra también un pasado cultural y biológico, del que la biología y la arqueología dan prueba: lo humano no surge desde la lucha, la competencia, el abuso, o la agresión, sino que desde la convivencia en el respeto, la cooperación, el compartir y la sensualidad, bajo la emoción fundamental del amor.

Humberto Maturana en Utopía y ciencia ficción, 2003

Tomado de Eduardo Ibarra Colotado y Luis Porter Galetar en La Universidad Imaginada, 2011

 

Una nueva odisea está por comenzar

A veces lo que se necesita para empezar es terminar, romperse o un poco (o un mucho si es preciso); dejarse desbordar de emociones, vaciarse por completo de todo y de todos; dejar fluir el mar de sensaciones dentro de nosotros porque es precisamente ese mar de sensaciones el principal síntoma de que algo grande está por suceder.

Y heme aquí, a escasas tres semanas y con escasas veinte primaveras cumplidas, a punto de dar un paso gigantesco que será el inicio de aventuras completamente diferentes durante las cuales me acompañará el recuerdo de treinta y tantos corazones que alguna vez latieron sincronizados. La magnitud del cambio me enloquece por completo, me confunde, me destroza. Me abruma.

Durante tres años aprendí que no sé nada, que la complejidad del mundo es inmensa, que las cosas están tan mal que necesitamos de un cambio estructural difícil de lograr; que los jóvenes somos soñadores empedernidos que malgastan noches y días pensando en cambiar el mundo. Aprendí a llorar en silencio por todas esas frustraciones y les di un cómodo lugar en mi vida.

Afortunadamente también aprendí que todas esas cosas negativas son como la utopía: nos enseñan a caminar, a seguir adelante. Porque un camino lleno de obstáculos no es motivo suficiente para dejar de avanzar. Siempre podremos encontrar rutas alternas que nos guiarán a nuestro fin. Y el fin último lo conocemos, estuvo en nuestros corazones desde el inicio, solo que lo olvidamos en el camino.

Hoy lo recordé. Recordé esos rostros llenos de esperanza, alegría y entusiasmo con los que me topé hace ya tantas lunas. Esa calidez que sólo un grupo unido puede dar y todos los proyectos que iniciamos. Algunos siguen andando, otros se quedaron en la carretera, pero la experiencia nadie se la llevará. Hoy recordé que todos soñamos con un mundo mejor, más equitativo, más solidario, menos indiferente, más apasionado, menos corrupto… Todos soñamos con un mundo diferente.

Por eso hoy me siento liberada, esperanzada de saber que cosas grandes pueden lograrse cuando las personas que las hacen se apasionan por ello y le dedican su vida porque creen y confían en que valen la pena. Y hoy vi tanta confianza y seguridad en esos treinta y tantos rostros que estoy segura de que vamos a lograrlo, vamos a cambiar al mundo, aunque sea el pedacito en el que nos tocó vivir.

Un paso a la vez, sin prisas; con amor y entrega; pensando en los demás y no sólo en nosotros. Una nueva odisea está por comenzar.

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Danielle Barriga

Lic. Ciencias Ambientales

 
 
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Convocatoria: Segunda etapa del Encuentro Sïkuapu

Convocatoria: Segunda etapa del Encuentro Sïkuapu

 
 

Manifiesto Ecosocialista por Joel Kovel y Michael Löwy

Introducción. La idea de este manifiesto ecosocialista fue lanzada en conjunto

por Joel Kovel y Michael Löwy en un taller sobre ecología y socialismo celebrado
en Vincennes, cerca de París, en septiembre de 2001.

Todos sufrimos de un caso
crónico de la paradoja de Gramsci, al vivir en un tiempo cuyo viejo orden está
muriendo (arrastrando a la civilización consigo) mientras el orden nuevo no parece
capaz de nacer. Pero al menos puede anunciarse. La sombra más profunda que
se cierne sobre nosotros no es el terror, el colapso ambiental, ni la recesión o
depresión global. Es el fatalismo internalizado que afirma que no existe alternativa
posible al orden mundial capitalista. Por eso quisimos poner un ejemplo de un tipo
de discurso que niega deliberadamente el ánimo actual de transigencia angustiada
y aceptación pasiva.

El ecosocialismo no es aún un fantasma, ni está plasmado en ningún partido o
movimiento concreto. Sólo es una línea de razonamiento, basada en una lectura
de la crisis actual y las condiciones necesarias para superarla. No pretendemos
ser omniscientes. Lejos de ello, nuestro objetivo es invitar al diálogo, al debate,
a la enmienda, sobre todo, en el sentido de cómo esta noción puede realizarse.
Innumerables focos de resistencia surgen espontáneamente a través de la
caótica ecumene del capital global. Muchas son inmanentemente ecosocialistas
en contenido. ¿ Cómo pueden reunirse ? ¿ Podemos imaginar una “internacional
ecosocialista” ? ¿ Puede el fantasma llegar a existir ? Con ese fin, convocamos al
debate.

Manifiesto ecosocialista. El siglo XXI se inicia de manera catastrófica, con
un grado sin precedentes de deterioro ecológico y un orden mundial caótico,
amenazado por el terror y por conglomerados de guerra desintegradora, de baja
intensidad, que se extienden como gangrena a través de amplios segmentos
del planeta -África Central, Medio Oriente, Asia Central y del Sur y noroeste de
Sudamérica- y reverberan a través de las naciones.

En nuestra visión, la crisis ecológica y la crisis de deterioro social están
profundamente interrelacionadas y deben ser vistas como distintas manifestaciones
de las mismas fuerzas estructurales. La primera se origina ampliamente en la
industrialización rampante que desborda la capacidad de la Tierra para amortiguar
y contener la desestabilización ecológica. La segunda se deriva de la forma
de imperialismo conocida como globalización, con efectos desintegradores en
las sociedades que encuentra a su paso. Más aun, estas fuerzas subyacentes
son esencialmente aspectos diferentes de una misma corriente, que debe ser
identificada como la dinámica central que mueve a la totalidad: la expansión del
sistema capitalista mundial.

Rechazamos todos los eufemismos o la suavización propagandística de la brutalidad
de este régimen: todo intento de lavado verde de sus costos ecológicos, toda
mistificación de sus costos humanos en nombre de la democracia y los derechos
humanos. Insistimos, por el contrario, en mirar al capital desde la perspectiva de lo
que realmente ha hecho.

Actuando sobre la naturaleza y su equilibrio ecológico, el régimen, con su
imperativo de expansión constante de la rentabilidad, expone los ecosistemas
a contaminantes desestabilizadores; fragmenta hábitats que han evolucionado
durante eones para permitir el florecimiento de los organismos, despilfarra los
recursos y reduce la sensual vitalidad de la naturaleza al frío intercambio requerido
por la acumulación de capital.

En lo concerniente a la humanidad y sus demandas de autodeterminación,
comunidad y una existencia plena de sentido, el capital reduce a la mayoría de
la población mundial a mero reservorio de fuerza de trabajo, mientras descarta a
muchos de los restantes como lastre inútil. Ha invadido y erosionado la integridad
de las comunidades a través de su cultura global de masas de consumismo y
despolitización. Ha incrementado las desigualdades en riqueza y poder hasta
niveles sin precedentes en la historia humana. Ha trabajado en estrecha alianza
con una red de estados clientes serviles y corruptos, cuyas élites locales ejecutan
la tarea de represión ahorrándole al centro el oprobio de la misma. Y ha puesto en
marcha una red de organizaciones supraestatales bajo la supervisión general de
los poderes occidentales y del superpoder Estados Unidos, para minar la autonomía
de la periferia y atarla al endeudamiento, mientras mantiene un enorme aparato
militar para asegurar la obediencia al centro capitalista.

Creemos que el actual sistema capitalista no puede regular, y mucho menos
superar, las crisis que ha desatado. No puede resolver la crisis ecológica, porque
hacerlo requiere poner límites a la acumulación -una opción inaceptable para un
sistema cuya prédica se apoya en la divisa: ¡ crecer o morir ! Y no puede resolver
la crisis planteada por el terror y otras formas de rebelión violenta porque hacerlo
significaría abandonar la lógica imperial, lo que impondría límites inaceptables
al crecimiento y a todo el “modo de vida” sostenido por el ejercicio del poder
imperial. Su única opción restante es recurrir a la fuerza bruta, incrementando así
la alienación y sembrando las semillas del terrorismo… y del antiterrorismo que lo
sigue, evolucionando hacia una variante nueva y maligna de fascismo.

En suma, el sistema capitalista mundial está en una bancarrota histórica. Se ha
convertido en un imperio incapaz de adaptarse, cuyo propio gigantismo deja al
descubierto su debilidad subyacente. Es, en términos ecológicos, profundamente
insustentable y debe ser cambiado de manera fundamental, y mejor aun,
reemplazado, si ha de existir un futuro digno de vivirse.

De este modo, regresa la categórica disyuntiva planteada una vez por Rosa
Luxemburgo: ¡socialismo o barbarie!, en momentos en que el rostro de esta
última refleja ahora el sello del siglo que empieza y asume el semblante de la
ecocatástrofe, el terror-contraterror, y su degeneración fascista.

Pero, ¿por qué socialismo, por qué revivir esta palabra en apariencia destinada al
basurero de la historia por los fracasos de sus interpretaciones del siglo XX?. Por
esta única razón: por muy golpeada e irrealizada que esté, la noción de socialismo
aún sigue en pié para la superación del capital. Si el capital ha de ser vencido,
tarea que ahora tiene carácter urgente para la supervivencia de la civilización
misma, el resultado será por fuerza “socialista”, porque ése es el término que
significa el paso hacia una sociedad poscapitalista. Si decimos que el capital es
radicalmente insustentable y se fragmenta en la barbarie esbozada arriba, estamos
diciendo también que necesitamos construir un “socialismo” capaz de superar
las crisis que el capital ha venido desatando. Y si los “socialismos” del pasado
fracasaron en hacerlo, entonces es nuestra obligación, al elegir no someternos a
un destino bárbaro, luchar por uno que triunfe. Y tal como la barbarie ha cambiado
de un modo que refleja el siglo transcurrido desde que Luxemburgo expresara
su alternativa fatídica, así también el nombre y la realidad de “socialismo” deben
hacerse adecuados para este tiempo.

Por estas razones escogimos llamar ecosocialismo a nuestra interpretación
del “socialismo”, y dedicarnos a su realización.

¿ Por qué el ecosocialismo ? Vemos al ecosocialismo no como la negación
sino como la realización de los socialismos “de primera época” del siglo XX, en
el contexto de la crisis ecológica. Como aquéllos, éste se construye entendiendo
el capital como trabajo objetivado, y se funda en el libre desarrollo de todos los
productores o, en otras palabras, en el desmantelamiento de la separación de

los productores respecto de los medios de producción. Entendemos que este
objetivo no pudo ser realizado por los socialismos de primera época, por razones
demasiado complejas de abordar aquí, excepto resumirlas en los diversos efectos
del subdesarrollo en un contexto dominado por la hostilidad de los poderes
capitalistas existentes. Esta coyuntura tuvo numerosos efectos nocivos en los
socialismos existentes, principalmente la negación de la democracia interna junto
a la emulación del productivismo capitalista, lo que terminó por conducir al colapso
de esas sociedades y a la ruina de sus ambientes naturales.

El ecosocialismo mantiene los objetivos emancipatorios del socialismo de primera
época y rechaza tanto las metas reformistas, atenuadas, de la socialdemocracia,
como las estructuras productivistas de las variantes burocráticas de socialismo. En
cambio, insiste en redefinir tanto la vía como el objetivo de la producción socialista
en un marco ecológico. Lo hace específicamente con respecto a los “límites del
crecimiento” esenciales para la sustentabilidad de la sociedad. Estos se adoptan, sin
embargo, no en el sentido de imponer escasez, privación y represión. El objetivo,
por el contrario, consiste en una transformación de las necesidades y un cambio
profundo hacia la dimensión cualitativa, alejándose de la cuantitativa. Desde el
punto de vista de la producción de mercancías, esto se traduce en una valorización
de los valores de uso por sobre los valores de cambio -un proyecto de vasto
significado, que se funda en la actividad económica directa.

La generalización de la producción ecológica bajo condiciones socialistas puede
proporcionar la base para superar las crisis actuales. Una sociedad de productores
libremente asociados no se detiene en su propia democratización. Debe, por el
contrario, insistir en la liberación de todos los seres como fundamento y propósito.
Supera así el impulso imperialista, subjetiva y objetivamente. Al realizar tal
objetivo, lucha por superar todas las formas de dominación, incluyendo en especial
las de género y raza. Y supera las condiciones que dan origen a las distorsiones
fundamentalistas y sus manifestaciones terroristas. En suma, supone una sociedad
mundial en un grado de harmonía ecológica con la naturaleza impensable en
las condiciones actuales. Una consecuencia práctica de estas tendencias se
expresaría, por ejemplo, en la extinción de la dependencia en los combustibles
fósiles consustancial al capitalismo industrial. Y esto a su vez puede proporcionar
la base material para la liberación de los países oprimidos por el imperialismo del
petróleo, mientras que permite la contención del calentamiento global, junto a
otros problemas de la crisis ecológica.

Nadie puede leer estas propuestas sin pensar, primero, en cuántos problemas
prácticos y teóricos generan, y segundo y más abrumadoramente, en lo lejanas que
están con respecto a la configuración actual del mundo, en su anclaje institucional
y en la forma en que se imprime en la conciencia. No necesitamos desarrollar
estos puntos, que deberían ser instantáneamente reconocibles para todos. Pero
quisiéramos insistir en que sean tomadas desde una perspectiva apropiada.
Nuestro proyecto no consiste ni en delinear cada paso de esta vía ni en ceder
ante el adversario debido a la preponderancia del poder que ostenta. Se trata, en
cambio, de desarrollar la lógica de una transformación suficiente y necesaria del
orden actual, y en empezar a desarrollar las etapas intermedias en dirección a este
objetivo. Lo hacemos para pensar con mayor profundidad en estas posibilidades
y, al mismo tiempo, empezar el trabajo de diseñar junto a todos los que piensan
parecido. Si algún mérito hay en estos argumentos, entonces debe ocurrir que
pensamientos similares, y prácticas que realicen esos pensamientos, germinen
coordinadamente en innumerables puntos alrededor del mundo. El ecosocialismo
será internacional, y universal, o no será. Las crisis de nuestro tiempo pueden –y
deben- ser vistas como oportunidades revolucionarias, lo que es nuestra obligación
afirmar y dar nacimiento.

Publicado en Capitalism Nature Socialism vol. 13 (1) marzo 2002

 

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Para todos los que no nos conformamos con el ocaso de la humanidad.

Compartimos este carta de John Holloway dirigida a los participantes en el Blockupy Frankfurt, del 16 al 20 de mayo.

A los mal adaptados del mundo, a todas y todos los que no nos conformamos con el ocaso de la humanidad:

Ahora, más que nunca, el mundo mira en dos direcciones a la vez. Una cara mira hacia un mundo oscuro y deprimente. Un mundo de puertas que se cierran. Un cerrar de vidas, de posibilidades, de esperanzas. Estos son tiempos de austeridad. Tienes que aprender a vivir con la realidad. Tienes que obedecer si quieres sobrevivir, abandona tus sueños. No pienses que vas a poder vivir haciendo lo que te gusta. Vas a tener suerte si encuentras cualquier trabajo. Tal vez puedas estudiar, pero solamente si tus papás tienen dinero. Y, aun en ese caso, no creas que vas a poder estudiar con un enfoque crítico. La crítica ha huido de las universidades, y que mejor que sea así. ¿Qué sentido tiene criticar cuando todos sabemos que el mundo está fijo en su trayectoria? No existe ninguna alternativa, sólo la realidad del dominio del dinero, así que mejor olvida tus sueños. Obedece, trabaja duro en cualquier chambita que tengas la suerte de encontrar, o si no, te espera una vida buscando en los botes de basura, porque no habrá ningún Estado de bienestar para protegerte. Mira, mira lo que está pasando en Grecia y aprende. Este es el empobrecimiento que te espera, esto es lo que te pasará si no te subordinas, este es el castigo que se imparte en esta escuela de la vida a los niños que no se portan bien, que tienen expectativas altas, que quieren demasiado.

La lección de la desesperanza la aprendió muy bien, demasiado bien, Dimitris Christoulas, quien se disparó en la Plaza Sintagma en el centro de Atenas hace unas semanas. El farmacista jubilado de 77 años que había visto su pensión aniquilada por las medidas de austeridad impuestas por los gobiernos de Europa dijo: No puedo encontrar otra solución más que terminar mi vida antes de empezar a buscar en los botes de basura para mi comida.

Este es el significado de la austeridad. Esto es lo que los gobiernos de Europa y del mundo están tratando de imponer a la gente –todos los gobiernos, todos sirvientes del dinero, ya sea que hablan desde posiciones de poder, como el gobierno alemán, ya sea que son simplemente los funcionarios del sistema bancario internacional, como Papademos o Monti. Las medidas de austeridad no imponen solamente la pobreza, cortan las alas a la esperanza.

Esta es la dirección en la cual el mundo está caminando, ¿pero no hay algo más? ¿No hay manera de cambiar el rumbo del mundo? ¿No tiene otra cara este mundo, una que mira en otro sentido?

La muerte de Dimitris Christoulas mira en dos direcciones: es una desesperanza y al mismo tiempo el rehusarse a aceptar la desesperanza. En su nota de suicidio escribe: Creo que los jóvenes sin futuro tomarán las armas un día y colgarán a los traidores de este país cabeza abajo, como los italianos colgaron a Mussolini en 1945. La esperanza brilla en la desesperanza profunda.

La base de esta esperanza es un sencillo no. No, no aceptaremos. No, no aceptaremos lo que ustedes nos están tratando de imponer. No, no aceptaremos su austeridad. No, no aceptaremos la disciplina del dinero, no aceptaremos el asesinato de la esperanza. No, no aceptaremos las desigualdades obscenas del mundo en el cual vivimos, no aceptaremos una sociedad que nos está arrojando hacia nuestra propia destrucción. Y no, no propondremos políticas alternativas. No queremos resolver sus problemas porque la única solución a los problemas del capital es nuestra derrota, el futuro del capitalismo es la muerte de la humanidad. Aun si el capital resuelve esta crisis, la próxima no va a estar muy lejos, y todavía más destructiva. No los vamos a obedecer, políticos-banqueros, porque ustedes son el pasado muerto, nosotros somos el futuro posible. El único futuro posible.

Esta es nuestra esperanza: nosotros somos el único futuro posible. Pero nuestro futuro posible es nada más una posibilidad. Su realización depende de nuestra capacidad de voltear al mundo.

¿Cómo cambiar el rumbo del mundo? Christoulas habla de los jóvenes que van a tomar las armas y colgar a los políticos de las lámparas. Esta idea se vuelve cada día más atractiva, y los políticos del mundo saben que no es simplemente una fantasía: por eso los políticos en Grecia tienen miedo de salir a la calle, por eso están dando más y más armas y poderes a la policía en todo el mundo. Sin embargo, por atractiva que sea la idea, no es a través de las armas que podamos darle vuelta al mundo y crear algo nuevo. Nuestra rabia es de otro tipo.

Rabia y amor. Rehusar y crear. Esta es la única forma de darle vuelta al mundo. El amor va de la mano con la rabia, la creación brota de la negación. Nosotros somos la furia de un mundo nuevo que está empujando hacia adelante y rompiendo con la obscenidad apestosa del viejo. Nuestra furia no es la furia de las armas –la violencia es el arma de ellos, no la nuestra. Nuestra furia es la furia de la negación, de la creación frustrada, de la indignación. ¿Quiénes son esta gente, los políticos y los banqueros, que piensan que nos pueden tratar como objetos, que piensan que pueden destruir el planeta, y sonreír mientras lo hacen? Son nada más que los sirvientes del dinero, los defensores viles y asesinos de un sistema agonizante. ¿Cómo se atreven a tratar de quitarnos la vida, cómo se atreven a tratarnos así? Nosotros rehusamos, nos negamos.

Gritamos un no masivo que resuena en todos los rincones del mundo, pero nuestra negación significa poco si no está apoyado por una creación alternativa. Nuestro no al mundo viejo no se puede mantener si no creamos un mundo nuevo aquí y ahora. La rabia de nuestra negación se desborda en una creación nueva. La democracia representativa ha fracasado y construimos una democracia real en nuestras plazas, nuestras asambleas, nuestras protestas. El capital es incapaz de proveer las necesidades básicas de la vida y entonces formamos redes de apoyo mutuo. El dinero destruye, y entonces decimos no, vamos a crear otra lógica, otra forma de juntarnos, y así proclamamos ninguna casa sin luz y organizamos la reconexión de la luz cada vez que se corte. Los recaudadores de deudas vienen a quitarnos nuestras casas y organizamos protestas masivas para pararlos. La gente tiene hambre y creamos jardines comunales. La búsqueda de la ganancia masacra a los humanos y los no humanos y entonces creamos nuevas relaciones, nuevas formas de hacer las cosas. El capital nos expulsa de las calles y de las plazas y nosotras y nosotros ocupamos.

Todo esto no es suficiente, todo es experimental, pero estos son los caminos a seguir, esta es la otra cara del mundo actual, este es el mundo nuevo de reconocimiento mutuo que lucha por nacer. Tal vez no podemos cambiar el mundo entero para que sea como lo queremos, pero sí podemos crear este mundo nuevo y lo estamos creando aquí y aquí y aquí y ahora, estamos creando grietas en el sistema, y estas grietas van a crecer y extenderse y multiplicarse y juntarse.

No vamos a aceptar el ocaso de la humanidad. Lo podemos parar, lo vamos a parar, vamos a cambiar el rumbo del mundo.

 

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